martes, 28 de abril de 2009


Dogmas no por favor; quiero un poco de diversidad

por Wiliam Ajanel

Los individuos gozamos de ciertas particularidades intelectuales, que en ocasiones [aunque no deberíamos] nos hacen alejarnos del resto de los seres humanos en una insaciable tarea de segregación y encierro ideológico por medio de los dogmas; esas grandes barreras intelectuales y filosóficas que muchos tienen a bien defender aún a costa del mismo progreso de la humanidad y la armonía entre individuos. Desde aspectos ideológicos, pasando por lo religioso hasta cosas tan ridículas como la música y el deporte, hemos considerado nuestras posturas tan correctas que cuando no estamos intentando convencer a alguien de nuestra superioridad intelectual le estamos cerrando la puerta en la cara. Una actitud poco madura, diríamos.


Sin embargo, los mismos individuos hemos desarrollado la habilidad de oponernos a lo distinto desde tiempos antiguos, considerando el mundo desde nuestro punto de vista particular y cerrándonos a las posibilidades que surjan de otros individuos, como si se tratase de una lucha constante por atacar y esconder nuestra esencia por medio de ideas que hemos cosechado de otras personas a las que consideramos ejemplares y dignas de imitar. Nada de malo en eso último, el problema se hace molesto cuando muchos que creen tener ideas acertadas y correctas desaprueban de entrada cualquier forma de pensar distinta u opuesta.

Siempre he pensado al respecto algo que aprendí desde muy pequeño: Si estamos delante de un grupo de personas con mentalidad e ideología distinta a la nuestra ¿Qué es lo peor que puede pasar? ¿Estamos tan inseguros de nuestras propias convicciones que evitamos que se cuestione cualquier fundamento de nuestras opiniones? Es el mensaje que muchos damos [si, lo he hecho varias veces] cuanto respaldados por una supuesta confianza en nosotros mismos evitamos permanecer frente a individuos que cuestionan nuestras ideas.

Apelar a la necedad como excusa para abandonar una discusión o un debate, resulta un arma bastante persuasiva pero poco honorable de nuestra parte, si estamos totalmente convencidos de que nuestro pensamiento puede aportar algo mínimo a nuestros semejantes no veo la razón de abandonar discusiones. Claro está que el mismo sentido común nos dirá si una discusión tiene sentido y edificación o sencillamente es una burla y pérdida de tiempo motivada por algún individuo que busca sencillamente hacernos quedar mal o ridiculizar nuestras posturas [un troll, vamos].

Me molesta mucho cuando la gente [a falta de argumentaciones reales] inicia una especie de ataque personal, intentando descalificar la ideología del individuo tan sólo por ser "distinta", en vez de escuchar por unos minutos los argumentos [si es que los hay] y hacer juicios de valoración sin entrar en descalificaciones inmediatas o insultos innecesarios. ¿Qué calidad de intelectuales seríamos si tan sólo escuchamos lo que nos gusta? Es necesario hablar de todo y de todos, en la medida de tener suficiente conocimiento de la sociedad donde vivimos sin cerrarnos a la posibilidad de conocer el pensamiento ajeno. En pocas palabras, no nos convirtamos en intelectuales de la necedad.

Por último, en una ocasión discutía con un amigo sobre la necedad que tienen muchas personas de encasillar políticamente a las personas en los ya famosos grupitos de izquierda y derecha. Mi principal molestia surge a causa de que nadie es completamente puro en su pensamiento político, los humanos tenemos la capacidad de innovación y creatividad, dudo entonces que tengamos la necesidad de adoptar una ideología política 100% elaborada y fabricada por un total extraño que se le ocurrió ponernos en grupos separados bajo premisas y argumentos contrapuestos por el puro arte de crear confrontación y en muchos casos controversia.

¿No tengo derecho de poseer un pensamiento económico de libre mercado [capitalista, si] y tendencias políticas de igualdad social? ¿Tengo por necesidad que convertirme en un cerdo capitalista si critico al socialismo, o en un comunista enfermizo si no me gustan algunas cosas que veo en el liberalismo?


Creo que ambas posturas suenan tan exageradas que pareciera mentira que existen tales radicalismos, pero los hay y son la mayoría. Si consideramos [sin falsas modestias] que somos individuos lo suficientemente inteligentes como para dogmatizarnos, no caigamos en el error de querer adoctrinar a media humanidad y defendernos de la otra mitad encerrándonos a la diversidad intelectual, si tienes un pensamiento distinto al mío te lo agradezco pero: Dogmas no por favor; quiero un poco de diversidad

Un saludo

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